Mínimas


Guerra ajena
Pablo Jaramillo

Algunos carros ardían en Sarajevo proyectados en la pantalla. A este lado, frente a la lona, un hombre mira el humo con aparente desinterés. Hacía una hora había comenzado la película “La mirada de Ulises (1995)” en el Centro Colombo americano de Manizales y faltarían al menos unos cuarenta minutos más antes de que se terminara. Pero aquel hombre, ni en los momentos más descarnados del film, ni ante los sucesos más apasionados pareció inmutarse. Como si la guerra le fuese indiferente.



La sombra de un hombre
Pablo Jaramillo
La sombra de un hombre intenta subir la sombra de una escalera que da a algún altillo. Allí hace frío, es la noche manizaleña, que golpea con todo el rigor de sus ventiscas. Aquella sombra tiene hasta la mañana para subir, observar la ciudad que adormilada lo ignora y esperar a que la alborada acabe con su silueta. 






Lecturas de Pasto

Por: Natalia Cardona Mejía.
A muchas personas les pica el roce del pasto en la piel, este no es el caso.

En esta escena son cinco personas que recostados, sentados y acostados encuentran a través del relato la forma de reunirse y llevar a cabo otras actividades. Mientras el narrador, uno de esos que atrapa con su voz en un vaivén interminable; el fotógrafo busca en la naturaleza la excusa perfecta para volver su pensamiento imagen. El resto un poco más adormilados tan solo dejan que las palabras plasmadas por el escritor del libro sean las encargadas de ponerlos a caminar a través de su imaginación y termine dejándolos en brazos de Morfeo. 


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Cuestiones editoriales

Por: Natalia Cardona Mejía.
Siempre se ha hablado de ‘el todo por las partes’ o ‘las partes por el todo’. Bueno aquí estamos cinco partes que a su vez, aunque a veces odiemos decirlo, somos un todo.
Un todo que se compone de árboles de hojas de papel con frases de escritores, de poemas en servilleta y aviones de hojas caídas por el otoño que surcan el cielo azul, otras veces gris.
Unas partes que terminan todas por ser diferentes en todos los aspectos de la vida y que lo que las convierte las piezas perfectas de este rompecabezas es la literatura.
PDTA: No se burlen del callage tan verraquera.

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Imagina la escena

Por: Pablo Jaramillo




-Imagina la escena. Estamos en un parque. Un hombre saluda a una mujer, que está sentada  en una banca, sola. Él se acerca por detrás y casi susurrándole al oído le ofrece con diligencia todo su afecto. Ella consternada lo mira con escepticismo. Él sube la apuesta, habla de amor, hijos, una casa junto al mar y una palabra con F...
-¿Felicidad?
-Claro que no, no seas tonto. El tipo puede ser muy directo, pero no un charlatán.



Pura anatomía


Por: Pablo Jaramillo

La biblioteca estaba dividida en dos. Por un lado, agrupadas con mucha delicadeza, las novelas y las antologías poéticas. Por el otro, arrumados de forma aleatoria, los libros de cariz científico: enciclopedias, manuales y uno que otro vademécum. Y allí, sin saber a que lado pertenecer, pero cómodamente instalada en la facción de los diccionarios, una revista erótica descansaba. Su argumento: "soy pura anatomía".




Sentado

Por: Pablo Jaramillo
Soy una persona que piensa y siente los muebles. Un amante de las poltronas, un conocedor de butacas y mecedoras. Estar sentado no es un simple estado de expectación; es algo que cala el alma. Estar sentado para mí es algo emotivo. Por eso cuando alguien me pregunta "¿cómo estas?", no dudo en responderle: "sentado". Aun cuando esté de pie, estar sentado es parte de mí, una suerte de estado de ánimo. Se siente como la plenitud. Es lo más cercano que conozco a la mejor puesta de sol que hayas visto jamás o se aproxima a la sensación que deja ver la luna llena salir tímida tras la cordillera. Estar sentado es como el amor, pero sin las indignidades o los dolores de cabeza. Eso, hasta que algo rompe dicha plenitud. Ese terrible momento en el que algo te obliga a pararte. Y es cuando tu estado se altera, cuando dejas de estar vertical y horizontal al mismo tiempo. El momento terrible de usar ambas piernas y hacerte alto de nuevo. Pero lo de estar parado, eso de caminar y andar por ahí, ya es otro tema. De eso no voy a mencionar nada más.

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